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Noticias de octubre / Noticias de noviembre

31 de agosto de 2005

¡Por fín ha llegado a Japón!

31 de agosto. Ya sabíamos que él iba a llegar y ahora ha llegado de verdad. O, quizá, deberíamos decir que por fín ha venido.
Después de casi ocho meses volvemos a vernos, esta vez en la estación de Shinagawa. En el mes de enero, en España, en Madrid, nos dijo que quería venir a aprender a Japón. Cuando volvimos a Japón consideramos su deseo y de ahí el recibimiento de hoy. ¿Será realmente provechosa su estancia entre nosotros? No se puede decir que en su momento no tuviéramos ninguna duda. Sin embargo ya no hay vuelta atrás. En el tren que nos llevaba a la tierra de sus sueños hablamos mucho sobre lo que había ocurrido hasta entonces y sobre lo que estaba por venir. Como lo importante es el principio, practicamos los saludos japoneses. Y llegó el momento de comprobar los resultados...


31 de agosto de 2005

Primera visita a Kioto

Cuando el Shinkansen entra en la estación de Kioto la actitud de Luis cambia. Poco a poco se va poniendo en tensión. Al bajar al andén va mascullando entre dientes los saludos que ha aprendido hace unos momentos. En breve será el encuentro tan esperado. Sin embargo, en contra de lo que Luis esperaba, después de unos saludos precipitados montamos en el coche y nos vamos a comer. Sentados en el asiento trasero del automóvil murmuramos “bueno, ya nos presentaremos cuando lleguemos al restaurante”. Luis no se queda tranquilo. Como el restaurante especializado en platos de anguila al que habíamos pensado ir estaba cerrado ese día, fuimos a comer al Hana Kitcho. Después, en el Templo Yasaka pedimos buena suerte a los dioses y nos fuimos a la que será su residencia a partir de ahora. Dejamos el equipaje y sin tiempo para descansar nos reunimos para la cena. Cuando todo acabó y nos despedimos eran alrededor de las diez y media de la noche. Había sido un día muy largo, era hora de descansar.


1 de septiembre de 2005

Primer día de aprendizaje en Kitcho

En la reunión matinal lo primero son los saludos. En Kitcho comienza la jornada como si no hubiera habido ningún cambio. Se van haciendo los preparativos para los clientes del día. Luis muestra un semblante un tanto preocupado. Aun así su aspecto con el uniforme blanco resulta tan natural como si lo hubiera llevado toda la vida. Ya es perfectamente uno más del personal de Kitcho. Qué podríamos hacer ese día. Qué tal si empezamos por conocer el interior del restaurante. También le damos breves explicaciones sobre cada uno de los salones.


2 de septiembre de 2005

Vamos a intentar mondar al estilo Katsura

Seguro que para él es la primera vez que intenta hacerlo. Se dedica a pelar daikon (especie de nabo gigante japonés) al estilo katsura, una y otra vez. En silencio, con manos titubeantes, mira de reojo cómo lo hace un compañero aventajado. La técnica no es algo que se aprenda oyendo explicaciones y entendiéndolas con la cabeza. Está claro que no se puede obtener rendimiento si no se practica bastante. Incluso los compañeros que le sirven de modelo parecen disfrutar mientras exclaman: “¡cuánto tiempo hacía que no practicábamos la monda al estilo katsura!”. Esa noche, el daikon, las zanahorias, los pepinos y todas las verduras que sirvieron para hacer prácticas, tomaron la forma de ensalada para la cena y fueron a ocupar su lugar en el estómago. Sasagaki, senguiri, estilo katsura, en la cocina japonesa hay muchas formas de cortar las mismas verduras y todas ellas tienen su significado. Parece que estas cosas le intrigan muchísimo. Pero, “vísteme despacio que tengo prisa”. Poco a poco, todo llegará.


3 de septiembre de 2005

La cocina Kaiseki. Observar y aprender

Lo primero es leer con detenimiento y entender los textos acerca de Hatsun y la cocina Kaiseki preparados (¡en español!) para Madrid-Fusión. “¿Alguna pregunta?”...”Muchísimas”. Quizás sea porque todo es nuevo y desconocido, muy diferente de como es en España, el caso es que está lleno de curiosidad. Siempre lleva un cuaderno en el que anota lo que se le enseña. Sin embargo, en el Hatsun y en la cocina Kaiseki, son muchas las cuestiones que por ser de tipo espiritual, aunque se quiera, no se pueden explicar por completo. Y además, ¡menudo lío sería si se explicaran en uno o dos días! Sin embargo, simplemente por estar en la cocina y ver los platos que se hacen, ya se puede decir que tiene una gran suerte, incluso desde el punto de vista de un japonés. Ya es mucho para un solo día.


5 de septiembre de 2005

Comienza el trabajo en la cocina

Lo primero fue aprender la forma de lavar el watarigani (cangrejo migratorio) y el awabi (oreja marina). En España no hay orejas de mar tan grandes y parecía disfrutar con éstas. Se saca el marisco vivo de la caja de poliestireno, se extraen de la concha, se les quita el hígado y se frotan con un cepillo hasta dejarlos límpios. Trabaja muy callado y con mucha dedicación mientras le van enseñando que en la cocina siempre vamos limpiando y ordenando mientras trabajamos y que el marisco hay que ponerlo sobre un paño.
Por cierto que la relación con el personal de la cocina se hizo bastante franca y abierta. Para poder comunicarse había que empezar por recordar los nombres de todos y cuando se le explicó que en la sociedad japonesa a los compañeros más veteranos que uno mismo se les llama añadiendo “san” a su apellido, lo entendió perfectamente. Al principio, tal y como se le había explicado, añadía el “san” a los apellidos, aunque luego, sin darse cuenta, empieza a llamarlos por el nombre. Es difícil cambiar las propias costumbres. Nos parece que esto muestra las dificultades que surgen cuando se quiere transmitir la cultura japonesa a personas educadas en otras culturas. ¿Hasta dónde llegará Luis en la comprensión del verdadero significado de la cultura japonesa durante su estancia en Japón? Será digno de verse.


8 de septiembre de 2005

¡Atrevámonos con el Chikuzenni!

Aunque se llame cocina japonesa, lo cierto es que lo que la gente come cada día no son platos como los que se sirven en Kitcho. Dicho esto, decidimos preparar realmente un plato de la cocina popular, el chikuzenni. Se comienza cortando colocasia al estilo roppou. Como con el estilo katsura, fue una lucha a brazo partido. Conseguir que el cuchillo se deslice suavemente para que la superficie pelada quede lisa es bastante difícil. En España para mondar o pelar no se utilizan cuchillos grandes, solamente se utilizan cuchillos pequeños, hay que tomárselo con buen humor pues se tarda tiempo hasta acostumbrarse. En la cocina japonesa cada ingrediente se corta de diversas maneras según los platos de que se trate. Formas de cortar nuevas, nuevos materiales y cuchillos desconocidos. Todo son novedades. Si nosotros estuviéramos en su lugar, ¿hubiéramos podido adaptarnos como él?


12 de septiembre de 2005

Un brindis con jamón ibérico y chorizo

Hoy, después del trabajo, todos hemos comido jamón ibérico y chorizo que Luis ha traído como presente desde España y hemos brindado con un vino proporcionado por la patrona de la casa. Fue un rato agradable que pasó volando, después de un día de mucho trabajo. Sin embargo, de alguna manera nos pareció que fue Luis quién más se alegró al ver que todos estábamos disfrutando. También nosotros, de algún modo, nos sentimos con esto más aliviados. En ambas partes existía la incomodidad de no poder comunicar sus sentimientos del modo en que quisiera y de no poder hacer nada al respecto, parecía que la frustración se iba acumulando. Además de llegar de repente a un ambiente desconocido, los días eran de duro trabajo. El cansancio físico derivado de la tensión emocional y del estrés psicológico se iba agravando por momentos. Sin embargo, Luis dice sentirse lleno de alegría y de agradecimiento, incluso a veces se siente sorprendido por la amabilidad de todos los que se le acercan.


19 de septiembre de 2005

¡Adelante con el Chawanmushi!

Primeramente, los cocineros de Kitcho lo elaboran del modo correcto. Lo importante es la cantidad de vapor en el interior del recipiente y lo que hay que enseñar es el saber cómo se regula más o menos el fuego (después de un minuto y medio aproximadamente, cuando la superficie se torna blanca, se desliza un poco la tapadera y se deja en reposo diez minutos. Cuando se pincha con un palillo y el líquido que sale es transparente, ya está). A continuación, Luis probará a hacerlo por sí mismo a partir de la mezcla de huevo y caldo. Como buen chef, controla minuciosamente los puntos principales: la cantidad de vapor, la medida del tiempo, etc. Para poder practicar después, pregunta las proporciones de sal y de salsa de soja. Cuando se le explica que, como el sabor del caldo varía cada día, nuestros cocineros han de confíar muchas veces en sus sentidos, se muestra de acuerdo y lo prueba.
¡Riiiiing!, suena el reloj y ya está hecho el chawanmushi. Para ser el primero le ha salido muy bien, con la suavidad justa. Degustamos chawanmushi con salsa espesada con fécula, con cidra rallada por encima y chawanmushi refrigerado, finalmente probamos a hacer uno de forma incorrecta. Al principio Luis fue probándolos todos pero después, aunque le recomendamos que los probara, ya no le apetecía. Seguramente se había hartado de chawanmushi. Cuando se cambia la proporción de caldo y de huevo, aun con los mismos ingredientes, se pueden hacer diversos platos. Por la noche intentamos hacer una tortilla al estilo japonés. Como era de esperar lo difícil fue enrollarla. Pero le salió muy sabrosa. Luis no quedó insatisfecho: “mañana volveré a hacerla”, dijo con entusiasmo.


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